​El Uso Racional de los Medicamentos (URM) es un proceso que comprende la prescripción apropiada de los medicamentos, la disponibilidad oportuna de medicamentos eficaces, seguros y de calidad comprobada, a la mejor relación costo beneficio, en condiciones de conservación, almacenamiento y administración adecuadas. El URM promueve la calidad en el cuidado de la salud, asegurando que usemos los medicamentos sólo cuando sean requeridos y que comprendamos claramente el motivo de su uso y la forma correcta de utilizarlos en las dosis, intervalos y períodos de tiempo indicados por el profesional de la salud. La implementación del URM debe alcanzar a todos los eslabones de la Cadena del Medicamento. ¿Qué entendemos por la Cadena del Medicamento? Es la secuencia de pasos interrelacionados que describe la vida de un medicamento, desde que es concebido y desarrollado hasta que es utilizado. La cadena del medicamento incluye el desarrollo experimental y clínico del medicamento, su registro, comercialización, promoción, distribución, prescripción, dispensación, uso y disposición final.

Los pacientes reciben la medicación adecuada a sus necesidades clínicas, en las dosis correspondientes a sus requisitos individuales, durante un período de tiempo adecuado y al menor coste posible para ellos y para la comunidad”. (OMS, 1985).

El problema del uso irracional: 

El uso irracional o no racional es la utilización de medicamentos de un modo no acorde con la definición anterior de uso racional. En todo el mundo, más del 50% de todos los medicamentos se recetan, se dispensan o se venden de forma inadecuada. Al mismo tiempo, alrededor de un tercio de la población mundial carece de acceso a medicamentos esenciales, y el 50% de los pacientes los toman de forma incorrecta. Los siguientes son algunos tipos frecuentes de uso irracional de medicamentos:

  • Uso de demasiadas medicinas por paciente (polifarmacia).

  • Uso inadecuado de medicamentos antimicrobianos, a menudo en dosis incorrectas, para infecciones bacterianas.

  • Uso excesivo de inyecciones en casos en los que serían más adecuadas formulaciones orales;

  • Recetado no acorde con las directrices clínicas.

  • Automedicación inadecuada, a menudo con medicinas que requieren receta médica.